Edad antigua

El origen de Belorado es celta, como demuestra la arqueología y epigrafía encontradas en el yacimiento de "La Muela", localizado al norte del actual núcleo de población. En este yacimiento, que data del siglo IV a.C. hasta el siglo I d.C., se han encontrado restos muy variados: monedas, cerámicas, mangos para diversos útiles realizados en asta de ciervo y de corzo, etc. 

 

Después de este asentamiento celta, hubo uno romano, situado al oeste de Belorado en la zona conocida como "La Mesa", que data, aproximadamente, del S.I d.C. hasta el S.V d.C. En este yacimiento se han encontrado restos muy variados: cerámica, pesas de telar, molinos circulares, basas y fustes de columnas, una gran vasija de cerámica y una tésera hospitalis, expuesta hoy en día en el museo de Burgos. El hallazgo más importante de este asentamiento es un gran número de estelas funerarias encontradas hechas de un material inusual, grandes bloques aluviales de cuarcita que actualmente se exponen en la Oficina de Turismo. 

 

Edad Media

Es en esta época cuando se construye el castillo medieval, se cree que en el siglo IX, que constituyó una importante plaza fuerte en el sistema defensivo que se estableció en la comarca para vigilar el paso entre el Reino de Navarra y el Condado de Castilla. Sus restos se encuentran en un cerro sobre la iglesia parroquial de Santa María, en origen capilla del castillo.A día de hoy ofrece unas vistas espectaculares de Belorado.

 

Debido a su localización el apogeo económico de Belorado fue temprano, debido a diferentes motivos, porque era cruce de caminos entre el valle agrícola y la sierra ganadera, por influencia del Camino de Santiago y porque estaba situado entre el condado de Castilla y el reino de Navarra y ambas favorecían a la villa para tratar de atraerla.


En 1116, Alfonso I el Batallador (rey navarro-aragonés), le concedió el fuero, que muestra avances en la formación del sistema concejil y otorga importantes derechos, entre los cuales le permite celebrar una feria que es la más antigua documentada en la historia de Castilla y León. El primer fin de semana de junio se celebra la Feria Alfonsina, donde se representa la entrega del fuero.


Cuando a principios del Siglo XI Sancho III el Mayor de Navarra modificó el trazado del Camino de Santiago, desde Nájera hasta Santo Domingo de la Calzada y  Belorado, nuestra villa alcanzará momentos de esplendor.

Su significado como punto importante queda patente en las guías de peregrinación - Aymeric Picaud la menciona con el nombre de Belforatus o "hermoso agujero"- y la mejora de sus infraestructuras queda reflejada en la mejora de los caminos, realizada por Alfonso VI, la construcción de un puente sobre el río Verdeancho y la mejora del primitivo Puente de El Canto, sobre el Tirón, atribuido a San Juan de Ortega, así como el antiguo Hospital de los Caballeros, del cual lo único que queda en la actualidad es la Ermita de Nuestra Señora de Belén, o la antigua ermita de San Lázaro (hospital de peregrinos e infecciosos).

 

Gran importancia tuvo la judería de esta localidad, que se desarrolló durante los siglos XI al XV. La Aljama beliforana tenía autonomía jurídico-administrativa dentro de la comunidad cristiana. Estaba compuesta por sus propios magistrados, rabinos, jueces, recaudadores y podía dictar ordenanzas para el gobierno interno de la aljama. Gozaron en algunas épocas del privilegio real de no pagar impuestos en las arcas reales.    


Sin embargo, a estos periodos de paz le sucederán momentos de incertidumbre y destrucción. Belorado se vio envuelta en las luchas civiles protagonizadas por Enrique II y Pedro I "El Cruel". Tras la muerte de Pedro I, Enrique II entró en el pueblo arrasando gran parte de su entorno urbano. La villa perdió su carácter de realengo y se castigó especialmente a la judería a quien fue agravando con impuestos y trabajos cada vez más humillantes, provocando con su diáspora la decadencia de Belorado. Los Reyes Católicos con su decreto de expulsión acabaron de arruinarla.

 

En la Edad Moderna, Belorado perteneció al Señorío de los Condestables de Castilla contando con importantes familias nobiliarias, de hecho se pueden contemplar algunas casas con escudos de gran calidad estética, como la casa de los Salas, en la calle Mayor, y el escudo de Ungo de Velasco, en la plaza principal, ambos del siglo XVIII.